Hace unos días que ya no salgo a aplaudir a la ventana. Y no es porque no reconozca la labor de los sanitarios, entre los cuales me incluyo, sino porque después de dos semanas de confinamiento y viendo las numerosas visitas innecesarias que tenemos en la farmacia, me siento un poco apática ante un acto, que aunque al principio me emocionaba, ahora no puedo evitar verlo como un simple postureo.

Hoy, en cambio, sí que he aplaudido. Pero no con el resto de vecinos asomada a la ventana. Hoy he aplaudido de ventanas para dentro.

Y mi aplauso va dedicado a lo más importante que tengo: mi familia.

Para mi marido, compañero de vida desde los 17 años. Por ser el mejor padre que mis hijos podrían tener, el mejor esposo y el mejor amigo. Por ser capaz de arrancarnos carcajadas incluso en estos momentos tan duros, por mantener una actitud positiva aunque los 15 días sin salir de casa ya pesen sobre su espalda y como siempre por ser mi tabla de salvación cuando las fuerzas me fallan.

Para Sergio por intentar controlar sus arrebatos y pedir perdón cuando no lo consigue. Por esforzarse en seguir las clases virtuales aunque le supongan un gran reto. Por salir al recibidor al oír girar mi llave y preguntarme cómo me ha ido en la farmacia y por ser un campeón y haber decidido no salir de casa, pese a tenerlo permitido, hasta que ganemos al coronavirus, como él dice.

Y en especial para mi hija Marina, que hoy cumple 13 años y ha tenido una fiesta de cumpleaños muy distinta a la que le hubiera gustado. 

Ha sido duro para ella ver como sus abuelos, tíos y primos le felicitaban a través de la pantalla y no poder abrazarlos. No poder organizar una gran merienda en casa y soplar las velas con todos alrededor, por entender que lo mejor que podemos hacer es quedarnos en casa y esconder las lágrimas que llegan a sus ojos. Si todos los días son difíciles, para ella este ha sido un poco más.

Y hago este aplauso extensible al resto de mi familia que intentan llevarlo lo mejor que pueden, como todos, compartiendo siempre palabras de ánimo, amor y risas. Que no nos falten las risas.

Mucho ánimo y fuerza a todos!