Promociona.

Es curioso cómo una palabra tan aséptica puede llegar a englobar tantas cosas: horas de deberes junto a mi hijo, renuncias familiares y personales anteponiendo siempre los estudios, tirar de ingenio y paciencia para explicar a Sergio los contenidos de cada asignatura, sobreponerse cuando las cosas salen mal a pesar del esfuerzo y seguir adelante sin perder el entusiasmo.

Además, pone el broche final a un curso en el que hemos tenido que trabajar muy duro para seguir el ritmo de las clases y de la carga lectiva.

Cada curso las exigencias son mayores y nos toca sufrir un poquito más. Este año hemos contado con profesores excepcionales que nos han ayudado en el camino. Profesores que sin tener experiencia en trabajar con alumnado TEA se han dejado asesorar por la terapeuta de Sergio y le han echado ganas, esfuerzo y horas en explicar, adecuar apuntes y hacer que mi hijo fuera uno más.

Ojalá pudiera decir que todos han estado a la altura, pero no ha sido así. Con más de uno hemos tenido que pelear durante todo el curso. Docentes que sólo ven las limitaciones de mi hijo y que ni siquiera se plantean lo que sería capaz de hacer con su ayuda aunque para conseguirlo le cueste el doble, que en lugar de sumar restan y que nos han hecho pasar muchos momentos de frustración, rabia e impotencia.

Afortunadamente han sido los menos.

Me quedo con el resto que sí que han apostado por Sergio, que le han ayudado a aprender y han aprendido con él, que han querido que caminemos de la mano y hacer de este curso una experiencia enriquecedora para todos.

Gracias a ellos y al gran esfuerzo de Sergio ya estamos en cuarto de la ESO. Somos conscientes de las dificultades a las que nos enfrentamos pero intentamos suplirlas con trabajo y con mucho amor hacia nuestro hijo.

Estamos muy orgullosos de todo lo que Sergio va consiguiendo y a la vez tenemos muy presente el largo camino que nos queda por recorrer y en muchas ocasiones sentimos un gran miedo a un futuro incierto, pero no seremos nosotros los que le pongamos techo.

Ahora, con todo un verano por delante, solo nos queda disfrutar de unas merecidas vacaciones y de nuevo, con cada curso superado, me viene a la mente siempre la misma pregunta: ¿quién nos lo iba a decir?