El síndrome de Asperger es uno de los trastornos generalizados del desarrollo. Se trata de un síndrome que se incluye dentro de los trastornos vinculados con el autismo.
El término fue propuesto por Lorna Wing, una psiquiatra británica, en 1981 en honor al pediatra y psiquiatra Hans Asperger. En este síndrome se encuentran alteradas tres áreas, lo que se conoce como triada de Wing y se considera denominador común dentro del autismo:
- Alteraciones en la sociabilización.
- Alteración de la comunicación verbal y no verbal y de la actividad imaginativa.
- Repertorio reducido de actividades e intereses (inflexibilidad mental y comportamental).
Algo que hay que tener claro, y que ya hemos comentado en otras ocasiones, es que no se trata de una enfermedad por lo que no tiene cura. Podemos mejorar muchos aspectos de cada niño mediante terapias y programas de intervención pero es algo con lo que siempre van a convivir.
Cuando diagnosticaron a Sergio, como le ocurre a la mayoría de los padres, empezamos a leer y a estudiar este síndrome y buscamos a los mejores profesionales para que nos enseñaran cómo poder ayudar a nuestro hijo.
Normalmente, todo sobre lo que empezamos a aprender son las discapacidades que van ligadas a este síndrome. Esto hace que muchas familias nos desanimemos, nos asalten dudas, miedos y entremos en una zona de autocompasión y negatividad que no nos conduce a ningún sitio y lo que es peor, nos paraliza y no nos deja avanzar.
Creo que es inevitable pasar por este estadio del que hay que sobreponerse. Hay que conocer cuáles son las discapacidades a las que nos enfrentamos para aprender a entender cómo piensan y cómo ven el mundo, y ser capaces de convertir muchas de esas debilidades en sus puntos fuertes con los que les ayudaremos a mejorar su propio desarrollo.
Y si miramos más allá del diagnóstico y nos centramos en el niño que tenemos delante, nos daremos cuenta de la gran cantidad de valores que tiene y de lo mucho que podemos aprender de él.
Suelen tener un círculo de confianza reducido, en el cual predomina la lealtad y honestidad incondicional.
Carecen de maldad, intereses ocultos o dobles sentidos. No saben esconder sus intenciones, no juzgan, no se burlan, son claros y precisos en su forma de hablar y expresan lo que sienten con total sinceridad, algo que en nuestra sociedad es difícil de encontrar.
Cuando conectas con ellos y logras captar su atención, tienen una gran capacidad de escucha sin emitir vivencias ni juicios propios. Simplemente te escuchan y aprenden todo aquello que les estas contando.
Tienen una memoria excepcional, sobre todo cuando se trata de sus temas de interés. Este punto fuerte bien llevado y trabajado puede ayudar a orientar más adecuadamente su futuro profesional .
Pueden mantener conversaciones de alto contenido teórico, especialmente si versan sobre sus áreas de interés. Pueden llegar a convertirse en grandes expertos en aquello que les gusta.
Manifiestan puntos de vista y asociación de ideas muy originales sobre ciertos temas, algo que te sorprende y en más de una ocasión nos ha arrancado una carcajada. Por ejemplo para Sergio su basura preferida es la tóxica porque se tira en el contenedor rojo y el rojo es el color que más le gusta.
Muestran preferencia por el detalle antes que por el todo, lo que hace que sean capaces de percibir cosas que al resto nos pasan inadvertidas.
Hay muchos puntos fuertes en estos niños y espero seguir descubriendo más en mi hijo. Son aspectos que debemos valorar, ser capaces de entrar en su mente, aprender cómo ven el mundo y las dificultades que tienen para desenvolverse en él. El día a día para ellos es muy difícil y les supone un esfuerzo constante, pero sin la ayuda de las personas que les rodean y en general de toda la sociedad, se vuelve más difícil todavía.
Así que aunque a veces es complicado y nos fallan las fuerzas, os animo a ver siempre la botella medio llena.
No tengo hijos, pero imagino que cualquier hijo hace que una madre o padre reviva muchas cosas a través de los ojos del niño.
Una de las cosas más maravillosas de la infancia, creo, es la enorme capacidad de sorpresa que tenemos y que, por desgracia, vamos perdiendo con los años.
Un niño nos hace “redescubrir” cosas que son nuevas para él o ella y que para nosotros hace tiempo que pasaron al cajón de lo cotidiano.
¡Imagínate con un niño así que es capaz de descubrir cosas que para el resto de niños pasan desapercibidas!
Perdona, pero nada de medio llena, llena del todo!!
A quien no le gustaría describir a su hijo (y eso que no los tengo) como:
Carete de maldad, intereses ocultos o dobles sentidos. No saben esconder sus intenciones, no juzgan, no se burlan, son claros y precisos en su forma de hablar y expresan lo que sienten con total sinceridad
Aunque entiendo tu mitad vacía, creo que no es suficientemente valorada, la que para mí es más que una mitad llena.
Gracias por tu comentario, pero a veces es verdad que cuesta ver la botella medio llena
Esa es la actitud correcta…la botella siempre media llena!
Sergio tiene muchas virtudes pero sin duda la mejor es su gran corazón…y eso hoy en día no abunda!!
Totalmente de acuerdo.Gracias