Cuando empezamos a enfrentarnos al autismo, intentamos buscar a los mejores profesionales que pudieran ayudar a nuestro hijo y a la vez empezamos a formarnos lo mejor posible para comprender este síndrome. De todo lo leído hubo mucho material que nos ayudó y otro que no hizo más que llenarnos de miedo y confusión.
La teoría de las “madres nevera” fue propagada por el psiquiatra infantil Leo Kanner. Durante mucho tiempo prevaleció que las madres eran las responsables del autismo de sus hijos por no establecer un vínculo de cariño y amor durante las primeras etapas de la infancia. No quiero ni imaginar por lo que pasaron esas madres siendo acusadas de no querer a sus hijos.
Autismo y vacunación: el Dr. Andrew Wakefield, vinculó la vacuna de la triple vírica con el trastorno del espectro autista (TEA). Sembró el miedo y consiguió desacreditar esta vacuna con la intención de vender otra que curaría a todos los niños de los efectos nocivos de la primera.
Aunque se demostró que todo era una invención, esta creencia sigue en pie a pesar de los estudios que concluyen que no existe ninguna asociación.
Los niños autistas son agresivos: muchas veces muestran una baja tolerancia a la frustración y eso les hace enfadarse o tener una conducta desafiante que, visto desde fuera, puede parecer agresividad. Estas actitudes se pueden controlar y reeducarse conforme el niño va creciendo.
Todos los niños con autismo tienen talentos fuera de lo común: los niños con autismo tienen distintos grados de CI, pudiendo aparecer en algunos casos discapacidad intelectual. Algunos pueden tener habilidades extraordinarias y, sin embargo, tener dificultades en sus rutinas diarias. Como todas las personas tienen sus fortalezas y sus debilidades.
Los niños autistas no pueden ir a colegios ordinarios: dependerá del grado de afectación. Hay que asesorarse con buenos profesionales para elegir el centro más adecuado para cada niño pero, en general, se benefician mucho de la integración en la vida escolar. Mi hijo va a un colegio ordinario y estoy convencida de que gran parte de lo que ha avanzado es debido a ello.
Así que hay que luchar por la inclusión y por la creación de un modelo educativo con los apoyos necesarios para ayudar a estos niños. No les cerremos las puertas.
Los niños autistas no tienen sentimientos: aunque los casos más graves pueden no mostrar emociones, la realidad es que son niños muy sensibles: ríen, lloran, se enfadan y se emocionan igual que hacemos los demás, aunque en algunos casos no sean capaces de canalizar bien sus sentimientos.
El autismo es un problema psicológico: no es una enfermedad, se trata de un trastorno del desarrollo cerebral que dificulta la comunicación y las habilidades sociales.
Los niños autistas no permiten que les toquen: no todos los autistas rechazan el contacto físico. Hay niños, como mi hijo, que les encantan las caricias, los abrazos y los besos. En cambio hay otros a los que no les gusta nada. Como sucede con el resto de las personas cada uno es diferente.
Y por último… el autismo se cura: el autismo no tiene cura, al menos de momento. Es un trastorno del desarrollo que acompaña a la persona durante toda su vida. Pero eso no quiere decir que no mejoren, al contrario, con el trabajo diario se alcanzan grandes avances en habilidades sociales, comunicación y autonomía.
Así que os animo a trabajar con vuestros hijos día a día aunque a veces nos desanimemos por el camino. Mirad desde donde empezasteis y el punto en el que estáis y os daréis cuenta de todo lo logrado.
Las curas milagrosas no existen. Vender libros, productos mágicos o teorías absurdas es la única intención de la mayoría de los que las propagan, a costa de la desesperación de muchos padres.
Importantísimo el conseguir profesionales adecuados para conseguir avances pero creo que es todavía más importante el trabajo diario y eso…lo estáis haciendo fenomenal!
Y por supuesto….trabajar entre todos para que la inclusión sea una realidad…como bien dices”no cerremos puertas”
El trabajo diario es fundamental pero a veces puede resultar duro y agotador.Animo a todos los padres