La Atención Temprana es el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0 a 6 años, a la familia y al entorno, que tiene por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con alteraciones del desarrollo.

Este derecho se encuentra recogido en el  artículo 25 de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Los objetivos de la Atención Temprana son:

• favorecer el desarrollo social y comunicativo
• enseñar competencias adaptativas entrenando las funciones cognitivas y emocionales
• tratar los problemas de conducta y los trastornos emocionales asociados que puedan interferir en su desarrollo
• prestar apoyo y dar información a las familias
• controlar y supervisar el tratamiento farmacológico si lo hubiere
• valorar los síntomas y las áreas prioritarias de funcionamiento

Cuando empezamos a notar que algo no iba bien con Sergio, lo primero que hicimos fue acudir a su pediatra, que nos derivó al área de estimulación precoz de nuestro centro de salud, donde apuntaron un posible diagnóstico que ponía nombre a lo que le pasaba. Saber a lo que nos enfrentábamos fue fundamental para nosotros, a la vez que cambió nuestras vidas para siempre.

En nuestro caso fue el neuropediatra el que nos derivó a un centro de atención temprana concertado, donde Sergio comenzó a recibir el tratamiento terapéutico. Por entonces Sergio tenía 3 años y, al echar la vista atrás, me doy cuenta de la suerte que tuvimos al obtener el diagnóstico de Asperger siendo él tan pequeño.

Cuánto mayor sea el trabajo inicial, mayor probabilidad de lograr avances en el niño significativos. De ahí la importancia de empezar lo antes posible.

Es importante que la familia reciba la formación adecuada para poder participar activamente en el desarrollo del niño. La familia es el componente más importante, pero necesitamos detrás un grupo de profesionales que nos ayuden y enseñen cómo trabajar con nuestros hijos.

Nosotros hoy en día contamos con la ayuda de pediatra, neuropediatra, psiquiatra y terapéutas e intentamos estar lo más coordinados posibles con el centro educativo. La atención temprana es un factor fundamental para que el niño pueda presentar avances adecuados y no debe interrumpirse por la incorporación del niño al colegio sino que debe ser algo complementario.

Mientras Sergio estuvo en Educación Infantil y en los primeros cursos de Primaria, tuvimos que sacarlo muchas veces del aula para poder asistir a las sesiones de atención temprana, algo para lo que el colegio no nos puso ninguna traba. Sé de padres a los que el centro educativo se lo ha puesto muy difícil para conciliar estas dos facetas.

La atención temprana se acaba a los 6 años, en el mejor de los casos, porque hay comunidades autónomas donde sólo se considera hasta los 3. A partir de ese momento, somos las familias las que debemos costear la ayuda que nuestros hijos necesitan.

He conocido a muchas familias que han tenido que reducir el número de horas de intervención con su hijo, pese a que las necesitaban, porque tras cumplir los 7 años no podían hacer frente a los gastos que esta les generaba.

Esto algo que debería cambiar y muchas familias y asociaciones trabajan para que así sea.

Referencias:

Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública www.san.gva.es

Association Internacional Autisme Europe http://www.autismeurope.org