En anteriores posts he mencionado lo mucho que nos han ayudado los pictogramas a la hora de resolver problemas con Sergio.

Se sabe que las personas con autismo son aprendices visuales y por lo tanto la información presentada de manera visual y secuencial les resulta más fácil de comprender que la que se les presenta de manera auditiva. Además, los apoyos visuales están presentes durante todo el tiempo y se puede recurrir a ellos tantas veces como se necesite, mientras que el mensaje hablado desaparece.

Cuando era pequeño los usábamos continuamente, incluso llevaba una libreta y un boli en el bolso para poder resolver cualquier situación. La mayor parte de sus rutinas estaban explicadas en imágenes y así conseguimos que aprendiera a vestirse, ducharse, lavarse los dientes y las manos, ir al baño…

Todos estos apoyos estaban distribuidos por la casa según su función (baño, dormitorio, cocina) y en lugares accesibles para que fueran una fuente de información permanente y pudiera recurrir a ellos de manera independiente y sin ayuda.

Así que… ya os podéis imaginar lo que parecía mi casa!! Cuándo teníamos visitas comentaban de forma cariñosa que siempre aprendían algo nuevo mirando por las paredes.

Sergio se va haciendo mayor y, poco a poco, muchos de estos apoyos ya no son necesarios. Otros siguen todavía presentes y son de gran ayuda.

Una de los apoyos que más hemos usado es un panel con los días de la semana en la que le marcábamos las rutinas diarias y le podíamos anticipar las situaciones especiales como excursiones, cumpleaños, reuniones familiares o cosas tan sencillas como que ese día tocaba baño o que no podíamos ir al parque porque llovía.

Supongo que habrá quien, al leer estas líneas, piense en lo absurdo de informar con dibujos en lugar de con palabras, y no le culpo. Yo pensé lo mismo muchas veces y me obcequé en intentar explicar las cosas a mi hijo una y mil veces, sin conseguir ningún resultado que no fuera desanimarme, desesperarme y acabar agotada física y mentalmente.

Sin embargo, el mismo mensaje hablado pero acompañado de un apoyo visual, conseguía enganchar a Sergio, atraer toda su atención y que fuera capaz de procesar esa información para aprender una cosa nueva. Y no sólo para aprender, también son útiles para que Sergio nos explique cómo se encuentra o qué le pasa. Le cuesta mucho expresar sus emociones y la situación que le ha llevado a que se sienta así. En ocasiones puede explicar que está enfadado o nervioso y por qué, pero en muchas otras muchas no es capaz y es entonces cuando recurrimos a los apoyos para que, entre las distintas emociones, nos indique qué es lo que siente y podamos ayudarle.

Hay varias opciones para construir los apoyos visuales que os he comentado: podéis hacerlos vosotros mismos con un simple dibujo o apoyaros en colecciones de pictogramas que existen en la red y que contemplan un gran número de conceptos y situaciones. Una de las más completas y a las que he recurrido en muchas ocasiones es la del Portal Aragonés de la Comunicación Aumentativa y Alternativa (ARASAAC).

También existen muchas apps para niños autistas que se pueden convertir en un apoyo excelente: su manejo es sencillo, son muy intuitivas y atractivas (tocas y sucede algo), y los niños aprenden con rapidez a hacer un buen uso de ellas. En www.appyautism.com, web dirigida a las personas con TEA, sus familiares y todos los profesionales que se relacionen con ellas, tenéis una buena colección y un buscador muy útil que os permitirá encontrar la app que más se ajuste a lo que necesitáis.

Si lo pensáis bien todos utilizamos apoyos visuales en nuestra vida diaria: cuando vamos en coche, gran parte de la información la recibimos a través de las señales de tráfico; los logos de las marcas nos permiten identificar nuestros productos preferidos al hacer la compra; los iconos en el escritorio de nuestro ordenador…La diferencia es que, en ocasiones, para las personas autistas son indispensables en su aprendizaje.

 

 

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Algunos de los pictogramas que aparecen en las imágenes forman parte de la colección de pictogramas de ARASAAC, obra colectiva propiedad de la Diputación General de Aragón y han sido creados bajo licencia de Creative Commons.